El Palo Azul: Cuando el Agua Recuerda al Cuerpo.

El Palo Azul: Cuando el Agua Recuerda al Cuerpo. En la memoria viva del pueblo, hay árboles que no solo dan sombra, sino alivio. El Palo Azul es uno de ellos. Basta poner su madera al fuego y ver cómo el agua cambia de color —azul, turquesa, violeta— para entender que algo profundo está ocurriendo. Para nuestros abuelos no era un espectáculo: era una conversación silenciosa entre la planta y el cuerpo, una señal de que la limpieza comenzaba desde adentro, con paciencia y respeto. Este remedio no se tomaba por costumbre, sino por necesidad. Cuando el cansancio se acumulaba y el flujo interno parecía estancarse, el Palo Azul ayudaba a volver a circular. Así lo entendía el pueblo: el agua interna también necesita camino. Hoy sabemos que guarda compuestos que acompañan ese equilibrio, pero antes de los nombres científicos estuvo la observación amorosa, la transmisión de saberes y el cuidado compartido en familia. El Palo Azul nos recuerda que la medicina ancestral no promete milagros: propone armonía. Dieta, descanso, tiempo y escucha del cuerpo. En su color cambiante vive una enseñanza sencilla y poderosa: sanar también es mirar con atención, honrar el legado y confiar en la sabiduría que ha caminado con nosotros por generaciones. Cuando el agua cambia, el pueblo recuerda quién es. (Tomado de: #YucatanEsCultura)