La Culpa de Eva o Consecuencias de la Pena Recurrente
Víctor. Arturo. Cabello. Reyes
Es indudable que, la maldición hacia la mujer es sencillamente notas al calce de la interpretación escogida de un grupo muy selecto de escribas Yahvistas y sacerdotes, acerca del significado de su visión particular y muy privada de las consecuencias lógicas de una exégesis patriarcal dominante dentro del pórtico del Génesis documental.
A su vez, la humanidad entonces, cargará la “pena recurrente” como maldición milenaria, llevando entre sus ya pesados hombros la carga y desazón consiguiente de la amarga expulsión del Dilmun (Paraíso Sumerio o Edén hebraico).
Resurgen las diversas modalidades de narración ya dentro de la misma Tradición de la Torah (Ley) y sus diversas fuentes o, ya sean, las corrientes Yahvista (siglo x o ix) o la “más reciente”, la Elohista.
Hay, sin embargo, una completa reestructuración de ese mismo material tradicional, en donde podemos estudiar a fondo las razones y consecuencias de esta búsqueda inaudita del Conocimiento, la culpa la expiación y el dolor de parte de la transgresión de Eva.
En efecto, ya desde 1837, la valiente y singular abolicionista, feminista y luchadora por los justos Derechos de la mujer, Sarah Grimké, sugería-atinadamente- que la problemática interpretación bíblica fue deliberadamente desviada para mantener a la mujer es estado de sujeción
(“La cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez la cabeza de la mujer es el varón’’ 1 Corintios 11:3).
Parece pues, que recientes investigaciones documentales y una visión más refrescante y “sin vendas fanáticas’’ nos arrojan nueva luz para poder acercarnos al Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal sin ser “maldecidos”
(Phyllis Bird, The Place of Women in the Israelite Cultus).
De esta manera, al releer cuidadosamente las Escrituras con un corazón lumínico, mente abierta y receptiva, nuevas y fulgurantes ideas resurgen vivificantes y enriquecen profundamente nuestra vida Espiritual.
De la misma forma, entonces, es cuando podemos exclamar a los cuatro Vientos…
¡Cristo no viene…Nunca se ha ido… ya que su omnipresencia eterna habita en cada cuerpo y corazón de LUZ!
(1:Corintios 12:27).
Sería necesario estudiar en qué medida, esta nueva cosmovisión de las escrituras logra revaluar incidentes y accidentes bíblicos con una óptica más abarcadora y fluida.
Por este motivo, y ya libres de prejuicios y malas intenciones e interpretaciones “androcéntricas” es cuando podemos quitarnos las vendas y revaluar el papel milenario de la mujer o diosa femenina dentro del macrocosmos de la Magna Mater o Gran Madre.
De la misma forma, entonces nos abrimos a incorporar en esa nueva exégesis a Rahab la Prostituta Canaanita, como línea directa de la genealogía del Maestro Jesús, (Mateo 1:5) y, quizás hasta darle el espacio consagrado a los derechos y causas justas de las hijas de Zelofehad en su atrevida y valiente lucha (Números 27).
“Porque tú fuiste el Aquel que me sacó del vientre, Aquel que me hizo confiar mientras estuve sobre los pechos de mi madre”
(Salmos 22:9).
Asimismo, debemos estar muy claros que la tradición Patriarcal debe resistir una reinterpretación documental histórica más severa, para ver si entonces puede resistir la permanencia de la mujer pecadora y totalmente culpable dentro de su contexto estructural y social. Y esto, está muy lejos de ser una polémica entre el texto y el espíritu.
Es muy frecuente que la culpa de Eva se asemeja a la culpa expiatoria de los Titanes al atacar al niño Dionisio
(Walter Burkert, Babylon, Memphis, Persepolis, págs.33-36).
Podría decirse que el belicoso ser humano siempre buscará razones para explicar lo que no entiende, aún usando las herramientas viradas de la sinrazón.
A alguien hay que echarle la culpa…
¿Qué tal a la mujer?
Ya que no logramos acercarnos a un entendimiento sano y natural de la muerte y la vida -como un ciclo rítmico universal del bios-thanatos-bios (vida-muerte-vida)- entonces; la única opción formal será la consabida “culpa recurrente” y es así que suavemente cargará la culpa quien en su sagrado útero revive y da VIDA y sustento a las semillas del cosmos.
O, a lo mejor, decimos como Eurípides:
“Vivir es Morir, Morir es Vivir”.
Teniendo en cuenta, por una parte, que La Biblia Hebrea tiene su propia tradición y cultura milenaria “recibida” y asimilada de otras tradiciones más antiguas, las cuales, fueron depositadas y retenidas como tradición oral, y esto, tardíamente, por una élite literaria de escribas del Templo.
Parece pues, que esta Sabiduría escrita no fue parte de la cultura popular del pueblo, cuya única familiaridad con los textos, fue a través del filtro exclusivo de la elite de escribas cultos.
“The text of the Hebrew Bible was not part of the popular culture. The Bible was born and studied in the scribal workshop of the temple. In its fundamental essence, it was a book of the clergy”
(Dr. Karel Van Der Toorn, Scribal Culture and the Making of the Hebrew Bible, pág.2).
Esta mismísima élite de escribas fundamentalmente es agrupada alrededor de la época del Segundo Templo en un período activo correspondiente al 500 al 200 a. C., según confirma el erudito Van Der Toorn.
Ello lleva a afirmar - no lo podemos negar-, fue un período fecundo, pero tardío, de propagación de ideas ya maduras y preconcebidas por viejas tradiciones espirituales cultas del lejano Oriente, sumerias, egipcias, babilónicas y sírias.
“Instead of books, there was the STREAM of TRADITION; instead of authors, there were SCRIBES’’ (Van Der Toorn, pág 4).
Teniendo en cuenta, por una parte, que los escribas (so-fér) como artesanos seguían y servían los intereses de esa clase patriarcal privilegiada y dominante, velaban entonces por su sostenimiento y estabilidad.
En todo caso, Leer se transformaba en un ACTO de devoción y la Palabra conservaba aún el poder trasnochador del conjuro y la maldición.
Y, como consecuencia, son estos mismos eruditos rabínicos actuales los que han hecho todo lo posible por suprimir y no reconocer los materiales nuevos para la más sana investigación y juicio.
Segados a voluntad por un conservadurismo casi enfermizo retroceden con suma gentileza ante cualquier prueba irrefutable digna de otras fuentes, como la versión samaritana de la Tora
( Edmund Wilson, Los Rollos del Mar Muerto, págs. 149-150).
De todo esto parece razonable ser aquí donde podemos situar la culpa y el castigo por:
“Y luego dijo Jehová Dios:
“El hombre ha venido a ser COMO UNO DE NOSOTROS, conocedor del BIEN y el MAL; ahora, pues, que no alargue su mano, tome también del Árbol de la VIDA, como y viva para siempre’’
(Génesis 3:22).
Y como consecuencia, entonces, la maldición va sobre el consejo del viejo espíritu del Ventrílocuo serpentino y la guerra de las galaxias toma terrenidad y enemistad entre la simiente de la mujer y la entidad cósmica (Génesis 3:13-19).
En todo caso, que ya aquí los Elohines y Sin Nombres producen una serie de MALDICIONES contra la TIERRA, la MUJER y toda la descendencia recurrente de pobres y desnudos humanos.
Y, por ello, privando amablemente al hombre del proceso “…agradable a los ojos y deseable para alcanzar LA SABIDURíA…’’
(Gen 3:6).
Parecería entonces, que esta es la clave del “pecado de Eva” y es ella la escalera y la única puerta de entrada y salida hacia la SABIDURíA.
En todo caso, por donde salimos entramos, y, por donde bajamos subimos.
A tal fin, el Querubín flamígero ya comienza nuevamente a usar apropiadamente su ESPADA para librar “entre ellos” otra guerra interestelar, más provechosa y útil, para los interminables planes bélicos intergalácticos.
“Y estalló guerra en el cielo; Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón, y sus ángeles combatieron…’’
(Revelación 12:7).
Parece, en consecuencia, que somos escenario cruel e INJUSTO de una guerra CELESTIAL, en la cual, NO tenemos participación mínima en la dirección y ejecución de la misma.
“Es cosa horrenda caer en las manos del Dios Vivo” (Hebreos 10:31).
Y, por ello, no por casualidad, Jehová es un GUERRERO o persona VARONIL de guerra
( Éxodo 15:3 y según Biblia: Traducción del Nuevo Mundo).
Es indudable que, las ricas tradiciones Mesopotámicas vienen a enriquecer la evidencia documental de los escribas bíblicos y nos arrojan una luz preciosísima y valiosa sobre los mismos.
De este modo, las educadas escuelas sumerias (é-dub-ba) y Acadias (bit-tuppi) preservaron rigurosamente las tradiciones orales antiquísimas y el complejo arte de la sabiduría (“hidden secrets’’) del escriba.
De igual forma, lo hará también la poderosísima tradición copiadora de la Torah, la Ley, los Proverbios y la “Torat YHWH’’
(Proverbios 25:1).
Cabe aclarar que, el insigne investigador Biblista y profesor de antiguo testamento de la Universidad de Marburgo, Dr. Werner H. Schmidt, admite:
“La parte más antigua es el Pentateuco, que se fue constituyendo a lo largo de siglos, hasta adquirir su figura actual en el siglo V o al menos en el IV a.C.”
(Werner H. Schmidt, Introducción al Antiguo Testamento, pág.20).
Es de notar, que ya hace muchos años, el sabio orientalista norteamericano S. N. Kramer, conmovió y los cimientos flojos de las creencias religiosas de los hábiles y educados escribas copiadores, al redescubrir y publicar, una inmensa cantidad de textos “bíblicos”, cuya procedencia NO ERA exclusivamente de fuentes judías
(La Historia Comienza en Sumer).
Llama la atención como Enki comete la falta de comerse las ocho plantas de Ninhursag, similar al fruto del árbol de la sabiduría.
“En nuestro poema, una de las partes enfermas del cuerpo de Enki es precisamente una “costilla”. Ahora bien, el nombre sumerio de costilla es TI.
La diosa creada para curar la costilla de Enki se llama NINTI, la “Dama de la Costilla”
(S. N. Kramer, págs. 216-217).
En cualquier caso, el sabio M. Eliade puntualizaba: “Pero es probable que las versiones registradas en el Medio Oriente y en el Mediterráneo se deriven, en última instancia de la tradición sumeria”
(Mircea Eliade, Historia de las Creencias Religiosas, pág.91).
En realidad, extravío y castigo resultan ser parte de una misma Cadena de transmisión legendaria para explicar la muerte, enfermedad y también la peregrinación del Héroe que es el SENDERO para alcanzar la resurrección e inmortalidad avivada de la hazaña crística SOLAR.
Sin menoscabo de otras inigualables fuentes de información complementaria, en la tradición talmúdica Lilith, es representada por muchos, como tentadora en contra de la voluntad del pobre y sumiso hombre.
De este modo, y para el Alfabeto de Ben Sira, -obra de procedencia medieval- Adán tenía otra mujer, anterior a Eva, y “fiera e indomable” como un demonio en forma de cabra’’…llamada…Lilith
(Isaías 34:14).
En muchos aspectos, recordemos que las tradiciones rabínicas posteriores asociaban a Eva con el concepto lingüístico Arameo de=
¡SERPIENTE!
(Oxford Guide to the Bible, pág. 207).
Llama la atención que en la concepción patriarcal judeo-cristiana –lamentablemente- solo el HOMBRE y por el hombre como nuevo Adam serán salvados los humanos
(I Corintios 15:20-22).
Lo cual sugiere, que la mujer sobra.
Necesitamos a las sacerdotisas de manera urgente.
La nueva cosmovisión retoma los viejos patrones de la sabiduría y medicina de lo femenino.
Y continúan las hijas de los hombres siendo bien parecidas…y los ángeles cayendo…
(EL Camino de La Toabey)
La Culpa de Eva o consecuencias de la Pena Recurrente
En las Montañas de Cidra, Puerto Rico.
Victor Arturo. Cabello. Reyes
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