Viaje al Aztlán
Víctor. Arturo. Cabello. Reyes.

Desde épocas antiguas tradiciones y crónicas de Pueblos Originarios de América dan a conocer y señalar un mismo lugar primordial y espacio físico real de origen y procedencia común mítico- histórico.
Algunas de ellas, entre claras semejanzas ideológicas de corrientes filosóficas y espirituales comunes.
Otras, extraordinariamente parecidas, a la vez que sostienen y mantienen un mismo sustrato ideológico ancestral dentro de la “multiplicidad y fragmentación’’, de todo un rico universo teúrgico de naturaleza mágico-espiritual.(1)
La función esencial y primordial de la reactualización permanente del mito ancestral de Mesoamérica, era y es, poder lograr despertar al hombre a través del rito y la danza ancestral para poder devolverle su noción de 'Verdadero Rostro y Honorable Personalidad'.
Cara y Corazón.
Por otro lado, de forma válida se da legitimidad y poder a su propia identidad-su herencia- o se adquiere permanentemente un rostro verdadero de culto linaje ancestral.
Se “busca nuestra Casa’’ es 'Signo de identidad', se toma rostro.
Para nuestros pueblos ancestrales mito y realidad van indisolublemente atados fuertemente de la mano.
En cualquier caso, es remoto y esquivo tan siquiera intentar tratar de desligar o separar fácilmente realidad y mito dentro de esos múltiples cánones y variados niveles existentes y latentes.
Ellos fluyen constantes entre el inescrutable universo real y terriblemente misterioso de lo inexplicable.
La magia de lo sagrado nutre y permea todo pensamiento mesoamericano bien vigorosa, vigente dentro de una poderosa y abierta conciencia espiritual de amplias realidades.
No podemos olvidar, que algunas de estas narraciones legendarias y sacras, subyacen ocultas y vivas, entre relatos extraños dibujados hábilmente en “espejos que reflejan el rostro de las cosas’’, de aquella otra posible...realidad.
Son imágenes del cosmos dinámico que se esconden esquivas y poderosas entre alfombras y esteras empolvadas de nuestro discutible y limitado finísimo concepto de lo 'Real'.
Para sabios y ancianos, los viejos que custodian celosamente la tradición y la narración del mito, no es meramente una memoria borrosa o débil e insignificante cuento narrativo desprovisto de algún significado trascendental.
Hay depositado en la Tradición un riquísimo lenguaje milenario y simbólico provisto de varios niveles o planos superpuestos que logra desbordarse en formas valiosas de interpretación significativa, las que llegan a personificar ideas sumamente abstractas.
Son ellas antiguas figuraciones elaboradas de ideas complejas hábilmente personificadas a través de una serie de conceptos mitológicos y espirituales.
Ellos logran sostener todo un complejo filosófico sacro destacable a través de una milenaria y antigua tradición oral.
La que posteriormente, viene a ser codificada en códices y pinturas adjudicando un origen divino.
Cabe recordar que el mito histórico verbal= ‘’las palabras acerca de lo antiguo’’, encarnan en la pintura aquello que los viejos contaron y cantaron originalmente; “las antiguallas de los indios’’, recogidas y preservadas desde varios milenios atrás.
Según la concepción entre las viejas estructuras y empolvadas antípodas de la vida psíquica y ritual de nuestros pueblos, intentar conocer los ‘’mitos’’ era y es, parte fundamental y esencial del proceso espiritual de enseñanza para la verdadera adquisición del ‘’Rostro Verdadero.’’
Entre muchas y variadas imágenes y conceptos= (Tira de la Peregrinación o Códice Boturini) de Tradición Prehispánica acerca de sus orígenes, salida del punto o, lugar de origen- ‘’lo que solían repetir los Ancianos’’, se pueden señalar y establecer ciertos lazos fuertes de continuidad histórica real.
Ellos son los que afirman y delimitan los verdaderos límites e influencias de nuestra propia formación y personalidad como pueblos hermanos. Siempre teniendo la debida precaución y suma cautela en entrar en debates estériles sobre medidas y divisiones arbitrarias del tiempo en la dinamitada cronología mesoamericana.
Solo entonces, podemos entender la unidad espiritual de todos al poder escuchar con un solo corazón: ‘’Izca in tlatolli in quitotihui in huehuetque’’- “He aquí la palabra que dejaron dicha los Viejos.’’
Diversos testimonios vienen a confirmar que todos estos viejos pueblos proceden o se originan de una misma raíz o tronco común -como la sociedad teotihuacana y la tolteca sobre los aztecas-, y de un lugar legendario, milenario y ancestral simbólicamente integrador.
“Pero las investigaciones arqueológicas sobre la ulterior secuencia cultural de Mesoamérica, contrariando la aplicación de esquemas, obligan a plantear nuevas cuestiones…A lo largo de las costas del Golfo de México…aparecen los primeros centros ceremoniales y con ellos las más antiguas formas de un arte que nadie puede llamar primitivo…’’ (2)
De esta misma forma el eminente erudito León Portilla, puntualiza que la raíz principal de las formas constantemente renovadas y antiguas de la Toltecáyotl pueden ser debidamente rastreadas hasta las costas del golfo, y se reafirma sólidamente el prestigioso investigador, en poder lograr señalarnos que lo que reciben los mexicas, es vieja herencia ya fundida y asimilada de aquellas gloriosas épocas pasadas.
Desde sus orígenes, pueblos mesoamericanos señalan reiteradamente -con variantes lingüísticas grupales-, hacia un punto particular del Oriente.
El ‘’Tlillan Tlapallan’’=el lugar del Rojo y el Negro y/o a la zona del área del Golfo de México, como punto exacto de llegada, dispersión y no de origen.
Sin embargo, personajes legendarios y maduros espiritualmente-sacerdotes del To’laan- vienen en canoas entrando en migraciones continuas a través de las desembocaduras de los grandes ríos y afluentes siguiendo al Abuelo B’OT’AAN y Dragón.
O, al Ahaw-Emplumado-el reconocido BO de AKatl.(3)
Y, en efecto, es el lugar enigmático del Pa-Tulán-Civán del Título de los Señores de Totonicapán: “donde para ti mantienen vigilancia de las cosas de tus abuelos…’’ (4)
El sitio exacto de “donde se veía claramente la venida del otro lado del mar.’’ (5)
De ahí que, para algunos investigadores importantes los mexicas traen consigo un conjunto definido de deidades tutelares, algunas de durísimo carácter belicista, y posiblemente de serias características sangrientas tomadas y asimiladas de influencias culturales chichimecas del norte.
Estos relatos míticos- legendarios y tradicionales vienen a lograr ser fusionados y asimilados al ser dignamente elaborados ideológicamente en su forma y estilo por los mexicas.
Esto es así, cuando llegan ellos a ser un poderoso pueblo maduro y firmemente establecido en la búsqueda de su sentido del destino. Y, no antes.
Todo parece indicar que estos pueblos, de igual modo, asimilan formas parecidas desde su salida de una cueva-vientre materno.
De un lugar lejano y paradisiaco abundante y rebosante “de líquido amniótico’’, abandonado por constantes conflictos permanentes.
(M.Graulich)
Podría decirse entonces que es un pueblo honorable con firme y estructurada vocación educativa asimiladora y ciertamente fundamentalmente sincrética.
Y esto se comprueba, en el hecho de la afanosa búsqueda de su lógica identidad y rostro de parte del Quinto Señor Moctezuma Ilhuícamina o, Moctezuma I, entre 1440-1469 d.C.
Existe evidenca, que la otra reciente y reconocida peregrinación Azteca fue en: 1 Pedernal= (1113 d.C.).
De manera que, aquella “otra reciente salida’’ o mal llamada “Peregrinación’’ desde el legendario Aztlán-Chicomóztoc (1113) es toda una adaptable y 'suavemente adoptada' rica herencia oral de los viejos la que – “solían repetir los ancianos’’- y que perdura vigente y viviente de los relatos recibidos de parte de los Abuelos Toltecas.
En este sentido, fueron fusionados hábilmente a sus creencias particulares y tribales por aquellos quienes fueron en aquel tiempo, “vasallos de los Tlatoques de Aztlán’.’
Asimismo, se continúa la trayectoria en el juego eterno e interminable entre dominantes y dominados. ’’¿Significa esto que los mexicas, al mostrarse como herederos de quienes habían alcanzado ese tan antiguo florecimiento en las costas del golfo y en la mítica región de Tamoanchan, tuvieron al menos vaga conciencia de que su legado entroncaba con la que –gracias a la arqueología-conocemos hoy como cultura olmeca o “cultura madre’’ en el ámbito de Mesoamérica?” (6)
(Miguel León Portilla, 2003, 25)
Viaje al Aztlán
Víctor. Arturo. Cabello. Reyes.

(Le professeur Cabello est un explorateur amateur et archéologue spécialisé dans la Mésoamérique et l’art de la géométrie céleste des peuples indigènes maya, toltèque, caraïbe et taïnos.
En tant qu’explorateur de la Cordillère centrale et de la Sierra de Cayey, Porto Rico a découvert des dizaines d’anciennes colonies et terrains de jeux. Il a publié : La Rosa Púrpura y El Canamayté Maya, Maldonado Editores del Mayab, Mérida Yucatán, Mexique, 2004 et El Sagrado Patrón y El Canamayté Maya, Maldonado Editores del Mayab, Mérida Yucatán, Mexique, 2004.)
Bibliografía:
1. Laurette Sejourné, 1992, 63-64.
2. Toltecáyotl, Miguel León Portilla, págs. 43-44.
3. Monumento no.19 La Venta, Soustelle, 1984, 48; interesante estudiar detenidamente el viaje del Maestro original -K’uk’ulcan-Quetzalcóatl-Ce Ácatl de oeste a este y su singular: “desaparición por algún lugar de la costa del Golfo de México’’; Florescano, 2000, 75, 103.
4. Códice Florentino, V. II.
5. Pop Wuj.
6. Toltecáyotl, Miguel León Portilla, 2003, 25.
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